Enrique Navarrete entró en el Sheridiam College, en Canadá, después de salir de la UIA. Gracias a su proyecto de tesis, tuvo oportunidad de trabajar en diferentes estudios, entre ellos, Dreamworks. Para ese entonces, comenzó con la película Shrek, pero los productores decidieron posponer su realización por no contar con los recursos necesarios; Navarrete pasó a formar parte del equipo de El príncipe de Egipto (1998). Posteriormente, le ofrecieron integrarse al proyecto Antz ese mismo año. De regreso a México, fundó la compañía de animación La Mamá de Tarzán, pero debido a la situación económica del país, se disolvió al poco tiempo.
Otro ejemplo de egresado es Jaime Cruz, quien convenció a las autoridades de la UAM Xochimilco a implementar un estudio de animación. Después de conseguir equipo de segunda mano en Los Ángeles y de instalarlo en la UAM, terminó el corto Vámonos recio en 1983. Posteriormente creó la empresa Tarumba que daba servicios de animación en publicidad: “nos dimos cuenta que entrar al mercado de publicidad conllevaba muchas exigencias”. Tuvieron que hacer muchos cambios y luego de unos años, en 1993, produjeron algunas animaciones para televisión como El tlacuache, Moaré y La flauta de Bartolo en la que trabajaron con Paul Leduc, el gran director de cine mexicano. En esa época, su estudio realizó La sirena Aalamastin que ganó el Apoyo a la Producción de Televisión Cultural junto con el filme de García Moreno.
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